symp para None On Top. Logotipo cierre actividad.
Adaptación del emblema corporativo para su versión de despedida.
Diciembre 2020.
Hasta siempre None On Top
Cuando en 2012 realizamos en SuS y mi Paco el emblema de las cabezas juntas para None OnTop participamos de la ilusión y visión de un proyecto cuyo modelo de negocio nos pareció muy inteligente: Nada de producción, estocaje o venta de producto. Nada de compras de materias primas o suministros sujetos a vaivenes de mercado o escasez.
Solo un modesto servicio con recursos y equipamiento muy básicos sustentado en “cobrar por ayudar a los clientes a deshacerse de algo que no quieren tener y conseguírselo en el momento”. Y un servicio con un espléndido horizonte pues la escasez de centros parecidos y la tendencia social a no resolver “en casa” la mayoría de los problemas domésticos auguraba a None On Top un largo porvenir.
Además trabajamos para dos mujeres emprendedoras y valientes, con las ideas claras y una voluntad a prueba de todo para sacar adelante sus negocios a pie de calle. Una experiencia que nos ha permitido aprender, disfrutar, y por la que os estamos muy muy agradecidos, Inés y Cris.
Una oportunidad también, la de colaborar con mujeres emprendedoras para co-crear sus marcas, que apenas se nos ha presentado en una o dos, o pocas ocasiones más, pero que siempre ha resultado enriquecedora.
Vivir la identidad corporativa
Estos ocho años y nueve meses que Inés y Cristina repasan en su post de despedida nos han permitido tanto co-crear como ver crecer una marca.
Colaboramos en sus proyectos de franquiciar, de vender consultoría y equipamiento, de formar nuevos profesionales en el sector y de extender la marca a productos derivados del servicio, como “Repeliendre”, su repelente de piojos.
Cristina Sacristán, co-fundadora de None On Top, presenta “Repeliendre” el complemento para el tratamiento anti-piojos para el que symp colaboró en el naming y el packaging.
Fotografía cortesía de None On Top.
Más que adiós, hasta siempre y ¡gracias!
Sin embargo, trabajar desde su nacimiento con esta marca también nos ha llevado a ser testigos del final de su ciclo. Un final propio de toda empresa y producto pero, en este caso, muy prematuro.
Víctima colateral, como muchos pequeños negocios, del COVID-19 y del embate de las oleadas de confinamientos, cierres escolares, reducción de horarios y toques de queda con los que la Administración ha ido dando palos de ciego en una situación imprevisible e ingobernable, literalmente, para casi todo el mundo.
None On Top no es la primera marca, ni será la última, que creemos y cuya actividad veamos desaparecer. Es la triste condición de los profesionales con décadas de experiencia: el sobrevivir a las empresas que ayudas a nacer y construir pues son de sobra conocidas las expectativas de supervivencia de las empresas en nuestro país.
None On Top. Logotipo cierre actividad «cabezas tristes»
Pero None On Top superó con creces el fatídico quinto año y ya cerca de cumplir su década nos ha llegado el triste privilegio de dar a su marca una nueva expresión: la de la despedida, la de la tristeza por abandonar todo lo que queda por hacer y la de la frustración por saber que quien lo impide es algo ajeno a las propias capacidades y con lo que difícilmente se puede lidiar.
None On Top no ha querido irse como tantas marcas, en silencio, hierática. Lejos de convertirse en un objeto, un logo obsoleto, ha querido demostrar que es un ente vivo, con expectativas y sentimientos por ahora defraudados.
Y así, según nos solicitaron Inés y Cristina, volvimos a humanizar la marca con ese gesto triste, ese puchero, esa lagrimita. Pero junto a ellos siempre nos quedará, ilusionante y esperanzadora, su eterna sonrisa. ¿Quién sabe?
